Por ELVIA ANDRADE BARAJAS
Estas prácticas las aplica a todos los ciudadanos, especialmente a periodistas y estudiantes alemanes y extranjeros de alguna de las ramas de periodismo, por lo que el representante de Reporteros sin Fronteras en Alemania, Christian Mihr, emitió un comunicado publicado el jueves pasado, en el que asegura: “Lo que parece una trivialidad a primera vista puede tener enormes consecuencias para los periodistas que trabajan en investigaciones periodísticas”.
María Fernanda Sánchez, la mexicana que, tras concluir la Licenciatura de Comunicación y Medios Digitales en el Tecnológico de Monterrey de Querétaro, se mudó hace cinco meses a Berlín para estudiar un máster en Diseño de Nuevos Medios en la Universidad Europea de Ciencias Aplicadas.
Desapareció el 22 de julio pasado de su habitación en la residencia de estudiantes de Berlín, sin llevarse nada, incluso su celular quedo en la cama y el 5 de agosto de 2023 fue encontrada sin vida en un lago a 14 kilómetros de su habitación estudiantil.
Sin embargo, su habitación estaba revuelta cuando llegó la policía, misma que al encontrar su cuerpo 15 días después dijo que “no hay participación o culpabilidad de terceros” y que la estudiante “presentaba cuadros psicológicos depresivos”, sin aclarar las circunstancias de su muerte, que minimizó y quiso presentar como un suicidio.
Una periodista mexicana radicada en Alemania aseguró que, con las nuevas leyes impuestas por el gobierno alemán, la policía puede entrar a tu casa, desaparecer en cualquier momento tu página web y “borrarte del espacio”, encarcelarte o desaparecerte de por vida, por algo que escribas, una fotografía o un video que al sistema no le guste o no le convenga, por lo que muchos periodistas prefieren la autocensura a sufrir las crueles consecuencias de no conocer las leyes alemanas.
Igualmente refiere que existen edificios, casas o monumentos que están bajo resguardo y no deben fotografiarse, mucho menos publicarse, porque esta prohibido, lo mismo que videograbarlos.
Hay muchas prohibiciones que limitan el periodismo en Alemania, donde esta carrera está en vías de extinción, por lo que Reporteros sin Fronteras se ha inconformado y exige un alto total a tal violación de derechos humanos y a la Libertad de Prensa.
María Fernanda era licenciada en Comunicación y Medios Digitales y hacía la Maestría de Diseño de Nuevos Medios en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Europa.
Diseño de Nuevos Medios se enfoca en la creación de información y datos para las tecnologías emergentes de datos computarizados, digitales y en red y las técnicas de comunicación involucradas en su implementación. Todo lo que pueda manipularse, conectarse en red o comprimirse se considera nuevo medio.
Los nuevos medios conocidos son los blogs, redes sociales y sitios web de noticias, muy vigiladas y oprimidas en Alemania.
El embajador de México en Alemania, Francisco Quiroga Fernández, adelantó que el resultado de la autopsia abrirá nuevas líneas de investigación, incluso el asesinato.
Hasta el momento hay abiertas dos líneas de investigación: una que se suicidó y la segunda que fue víctima de un delito.
El caso de María Fernanda es un reto para los alemanes que tienen la mirada del mundo sobre ellos y preguntan: ¿qué pasó, no que eran un país muy seguro?
El mundo espera el resultado de la autopsia, y en caso de que insistan en que ella se suicido deberán probarlo, lo que no será difícil para un país que tiene grabado en audios y videos la vida de todos sus ciudadanos.
Christian Mihr, de Reporteros sin Fronteras, asegura que la ley de Seguridad y Vigilancia permite a las agencias de inteligencia una mayor libertad para utilizar spyware, que vigila permanentemente a todos los comunicadores y desarrolladores de redes sociales.
“Esta ley es un ataque a la protección de las fuentes en el espacio digital”, dijo al sostener que estas nuevas leyes de vigilancia y seguridad en Alemania han generado preocupaciones sobre la privacidad, derechos humanos y la libertad de Prensa.
Berlín, es la capital de Alemania, un país capitalista, de democracia social con una de las economías más grandes del mundo.
María Fernanda estudiaba en Berlín, y quizá sus padres, Javier Sánchez y Carolina Castañeda, no sabían o no dimensionaron que esta ciudad es conocida por su intensa y alocada vida nocturna plagada de drogas, sexo y alcohol.
La ciudad tiene una escena de fiesta legendaria con noches de club que se prolongan durante días, con excesos hasta donde alcanza la vista, de sexo abierto y noches de juerga para todas las comunidades en infinidad de disco tecno.
Los clubs de Berlín convierten la noche en día y, a diferencia de otras ciudades alemanas, no tiene hora oficial de cierre. Ya sea que quiera ir de discotecas o una cena más relajada y bebidas con vistas al lago, Berlín lo tiene todo.
Es algo así como la gran discoteca de Europa donde la droga se vende por Internet, la entregan en taxi a domicilio y la pagan al contado, después de pedirla en grupos de chat, en los que la conversación desaparece inmediatamente, para no dejar rastro.
En Berlín el consumo de drogas entre los estudiantes es muy alto y el índice de mortandad a causa de estas es igualmente elevado, pero al gobierno alemán no le gusta este rostro, prefiere el de un país seguro, prospero, sin problemas y sano.
Pero lo que es innegable es que, en cualquier escenario, la policía y el gobierno alemán saben muy bien lo que paso con María Fernanda, de quien padres, amigos y compañeros de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Europa rechazan que se suicidó y coinciden en que era una chica alegre, sana, positiva, estudiosa, alejada de drogas y fiestas, como la que canceló antes de desaparecer.
LEYES ALEMANAS que se han actualizado y reforzado:
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